COMBATIENDO EL DESÁNIMO

"Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida" (1 Reyes 19:1-10).
En esta porción de la Escritura, hemos notado como Elías estaba desanimado y a tal grado que deseaba morirse (v. 4). La razón fue que era perseguido por aquella mala mujer llamada Jezabel. Ella ya había matado a varios profetas, Elías sabía esto, por eso se fue para salvar su vida. Pero otra razón porque estaba desanimado, era que los hijos de Israel habían olvidado el pacto de Dios (v. 10) y ahora se sentía solo.
Esta condición de Elías no deja de asombrarnos, ya que la referencia que tenemos de él es que fue una persona que hablaba con poder y que como él mismo dijo, tenía un grande celo por Dios. A Juan el bautista, debido a que predicaba con poder el arrepentimiento, le preguntaron si él era Elías (Juan 1:21). El Señor Jesucristo, cuando hizo esta pregunta a sus discípulos ¿quién dicen los hombres que es el hijo del hombre? Algunos decían que era Elías (Mateo 16:13,14). Por eso se nos hace raro encontrar a un Elías desanimado, pero, hermanos ¿quién alguna vez no ha sentido el desánimo? Éste es un sentimiento muy duro ya que a veces nos lleva a la depresión y a tal grado de desear la muerte como le pasó a Elías. Esto viene por diferentes razones que pueden ser: sentir falta de apoyo moral, espiritual y material. Pude ser en la iglesia o en la familia, sentirse incomprendido, puede ser otra razón, o porque no salen las cosas como uno espera y en fin pueden ser varias las razones para desanimarse y los resultados pueden ser desastrosos. Por eso es necesario saber cómo combatir el desánimo. Primero quiero que veamos que esto es algo que siempre ha existido, lo cual nos lleva al primer punto.
I. El desánimo ha estado en el pasado
"Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino" (Números 21:4). El pueblo de Israel cuando se dirigía a la tierra prometida, en el camino por el desierto muchas fueron las veces que se desanimó y deseaban volver a su antigua vida de esclavos. Pero Moisés clamaba a Dios por ayuda y Él respondía. Pero debido al desánimo muchos no llegaron a la tierra prometida y murieron en el desierto.
"Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal" (Números 11:11-15). También Moisés sintió el desánimo, ya que el pueblo de Israel siempre se estaba quejando y llegó un momento en que Moisés se fastidia a tal grado de pedir la muerte también.
Hermanos, el camino en el servicio a Dios, no es fácil, nos vamos a encontrar con muchas dificultades, pero tenemos que seguir adelante.
"Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!" (Josué 7:7).
También Josué, aquel que se le dijo: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9). Ahora también sentía la carga de llevar adelante a este pueblo y se quejó contra Dios.
"Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él" (Juan 6:66).
"Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?" (Lucas 24:17). También a los discípulos de Cristo les faltó alguna vez la fe, a pesar de que vieron los milagros de Cristo.
II. ¿Existe el desánimo en nuestros días?
Según algunos encuestadores, el cristianismo va en decadencia. Se observa ausencia en las reuniones, aquellos grandes templos, ahora solo son testigos mudos, de lo que una vez fue. También se observa cierta apatía en el servicio a dios; hay conformismo hacia el mundo, etc. aunque debemos aclarar que estas encuestas son en un sentido general, pero nosotros debemos examinar que también hay iglesias que, aunque pequeñas, apoyan grandes proyectos en la obra de evangelización, etc.
Cada uno debe examinarse a sí mismo, y a la congregación donde se reúne, para saber en qué condición se encuentra. Pero el desaliento es algo que a veces nos llega y hay que aprender a combatirlo.
III. ¿Cuáles son las causas del desánimo?
Las causas del desánimo son varias, de las cuales mencionaremos algunas.
1. Lo duro que es seguir a Cristo: "Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios" (Lucas 9:57-62).
Algunos creen que ser cristiano es fácil, pero después, ya estando dentro del camino de Dios, se dan cuenta que Dios demanda santidad, que hay que apartarse del mundo, etc. y entonces se les hace pesado y ya no quieren seguir.
2. La decepción: Algunos creen que en la iglesia todo va a ser felicidad, pero luego cuando vienen los problemas, cuando observan, en otros hermanos, conductas reprobables, entonces se decepcionan y se desaniman. Hermanos, tenemos que entender que en esta vida hay de todo, hay bueno y hay malo. En la infancia de la iglesia así fue, había cristianos carnales (1 Corintios 3:1-3), en pleitos (1 Corintios 6:1-7), y hermanos fieles (Colosenses 4:7-12).
IV. ¿Cuáles son los resultados del desánimo?
1. Abandono de las reuniones: "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:25). Este es uno de los síntomas del resfriado espiritual, ya no tiene deseos de congregarse con la iglesia, de estar en comunión con los hermanos, va perdiendo este gozo, y poco a poco se va alejando, hasta estar frío completamente.
2. Un desanimado no crece espiritualmente: "Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Hebreos 5:12-14). El hermano puede estar asistiendo a las reuniones constantemente, pero sin crecer, sin desarrollar, entonces esto también es muestra de desánimo.
V. ¿Cuál es la solución al desánimo?
1. Acudir a Cristo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28). Él siempre está invitando al cansado, para que deposite sus cargas en él; pueden ser problemas, o cualquier cosa que nos aqueje.
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" (Isaías 41:10).
"Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti" (Isaías 43:1-3).
Dios ha prometido siempre estar con los suyos, en las buenas y en las malas. Debemos tener fe y confiar siempre en Él, que nos va a ayudar y no ahogarnos en nuestros propios problemas.
"A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma" (Hechos 23:11).
"Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave" (Hechos 27:22).
Esta es la exhortación a que tengamos buen ánimo. A Pablo así se le dijo, a pesar de que se le acercaban tiempos difíciles, se le dijo que tuviera buen ánimo.

Conclusión: Hermanos, el desánimo es un sentimiento que a veces puede llegar a nuestra vida. Pero tengamos en mente que Dios siempre está con nosotros para ayudarnos en todo. Ojalá y siempre lo tomemos en cuenta.
 POR : CARLOS  BENAVIDES 

Ibarra - Ecuador

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