EL SIGNIFICADO DE LA VERDADERA FELICIDAD
Todo el2 mundo está buscando la felicidad, pero puede ser difícil encontrarla porque las personas no saben lo que es o como encontrarla. Muchas personas están buscando la felicidad en todos los lugares equivocados. Creen que ellos serían felices si encontrarán el trabajo perfecto o si tuvieran un auto nuevo, o si pudieran pagar la casa que quieren. ¿Pueden estas cosas aumentar su felicidad? Si, ellas pueden, pero no pueden crear felicidad. La equivocación más grande que las personas cometen al buscar la felicidad es creer que la felicidad viene desde afuera. Están luchando por la riqueza, por la posición, por el poder, por el placer, por el reconocimiento mundano. Todas estas cosas están fuera, es decir, fuera de la persona, pero como lo observaremos, la verdadera felicidad viene desde dentro. La felicidad no es determinada por quién usted conoce, o donde usted vive, o que posesiones usted tiene. La felicidad viene de un sentido de lo que usted es como persona, lo que usted cree, si tiene un espíritu de contentamiento y como usted se relaciona con otras personas.
El apóstol Pablo declaró, "No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación" (Fil.4:11). ¡Piense en esto! Pablo fue azotado con varas, apedreado, azotado cinco veces con treinta y nueve latigazos, y frecuentemente padeció hambre y sed (2 Cor.11:24-27), sin embargo, él había aprendido a estar contento, "cualquiera que sea mi situación" (Fil.4:11). Él conoció la fuente de la verdadera felicidad. Algunas de las personas más felices y más famosas en la historia han concluido que la vida que llevaron no fue digna de ser vivida. Cleopatra, la reina de Egipto, y Adolfo Hitler, el gobernante de Alemania, cometieron suicidio, pero puede haber parecido que lo tenían todo.
He subido en el mismo ascensor en el que bió Hitler a través de la montaña hasta su escondite conocido como "El Nido del Águila". Tomó veneno y se pegó un tiro en su búnker. Ernest Hemingway, un individuo robusto y autor famoso, se despertó una mañana de Julio de 1961, sacó su escopeta de su armario, se la puso en la frente y apretó el gatillo. Hace varios años conocí al suegro de Hemingway en Piggott, Arkansas (Hemingway se casó varias veces). Robin Williams, un genio de la comedia, murió ahorcándose, en 2014. Podía hacer reír a los demás, pero obviamente tenía sus propios demonios dentro. Kate Spade, una diseñadora de moda, fue encontrada ahorcada en su apartamento de Nueva York por una empleada doméstica el 5 de junio de 2018. Tenía 55 años. Es verdad que algunas personas sufren depresión, pero la depresión es lo opuesto a la verdadera felicidad y al genuino contentamiento. Estos ejemplos no son citados para satisfacer la curiosidad o para glorificar la forma de la muerte. Estos casos son nombrados para mostrar que la riqueza, la fama y todo lo que el dinero puede comprar no son suficientes para comprar la felicidad o para garantizar al receptor que disfrutará de paz y contentamiento. Hay más en la verdadera felicidad que las circunstancias externas. El lujo, la autocomplacencia y la extravagancia pueden parecer atractivos, pero estos por sí solos no traerán la felicidad por la que las personas se esfuerza. ¿Sabe que hay un libro en la Biblia, dedicado al estudio de la felicidad? Dios consideró oportuno informar y aconsejar a la humanidad sobre los falsos enfoques de la verdadera felicidad y, al final, revelar cómo encontrar la verdadera felicidad y el genuino contentamiento. Estoy refiriéndome al libro de Eclesiastés, escrito por Salomón, uno de los hombres más ricos que jamás haya vivido. sobre la tierra. Cuando la reina Sabá escucho de la sabiduría de Salomón y su riqueza, ella viajó a Jerusalén para comprobarlo por si misma. Cuando ella observó todo lo que él poseía, ella exclamó: "mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad" (1 Rey.10:1-7). Esa fue su forma de expresar su conmoción y asombro por las riquezas y la abundancia que poseía Salomón. De manera que aquí está un hombre que "lo tuvo todo". El fue el hombre ideal para escribir sobre la búsqueda de la felicidad. Él no habló desde las teorías o suposiciones. De hecho experimentó lo que la mayoría de las personas están buscando. Las cosas que la mayoría de las personas suponen que los harían felices, Salomón ya las tenía. Cuando escuchamos las palabras de Salomón, estamos escuchando a alguien que "ha estado allí, ha hecho eso". Sabía de lo que hablaba. Sin embargo, a pesar de toda su riqueza, poder y placer, su conclusión fue: "Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajar que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol" (Eccl.2:11). Salomón nos deja saber que lo que pensó que lo haría feliz resultó estar vacío. ¡Cómo necesitan los hombres saber lo que Salomón descubrió después de muchas pruebas! Alguien ha comentado que, si tuviéramos solo los primeros once capítulos de Eclesiastés sería llamado el libro más sombrío de la Biblia. Salomón probó todo lo que la humanidad desea, y lo llamó vanidad, ¡aflicción del espíritu y un correr tras el viento!" ¡Él nos lo dice a nosotros y a todos los hombres en cualquier parte donde vivan que los remedios humano no funcionan! Salomón dice que el hombre que obtiene riquezas no quedará satisfecho con sus riquezas (Eccl.5:10). Simplemente deseará más riquezas. A medida que leemos el libro de Eclesiastés, nuestros sueños se hacen añicos una y otra vez hasta que surge la desesperación y sentimos que no hay esperanza de felicidad genuina. ¡Afortunadamente, el libro de Eclesiastés no termina con el capítulo once!
Al moverse al capítulo doce de su libro,
Salomón, él exhorta a los jóvenes a "Acuérdate
de tu Creador en los días de tu juventud"
(Eccl.12:1). Hay al menos dos buenas razones
para esta amonestación. (1) Es más probable
que las personas respondan a la voluntad de
Dios en su juventud. Si esperan hasta más
tarde en la vida, es más probable que se
establezcan en sus formas y les resulte difícil
cambiar. (2) Uno puede ofrecer una vida entera
a Dios. En lugar de servir al diablo durante la
mitad de la vida y luego ofrecer lo que queda
a Dios, uno puede consagrar toda su vida al
servicio de su Creador.
Finalmente, cerca del fin del capítulo,
Salomón dice, "El fin de todo el discurso oído
es este" ¡Que quiere decir él? Él sintetiza lo que
aprendió. Por once capítulos él nos ha dicho
que él buscó la felicidad por un medio y por el
otro. Él lo intentó y no funcionó. Eso lo lleva a
un resumen de todo lo que ha aprendido.
Aquí, al menos, está la conclusión de todo su
discurso "Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del
hombre" (Eccl.12:13). La conclusión de
Salomón es que el hombre no es
completamente feliz o puede estar contento
hasta que él reconoce a Su Creador y se
esfuerza en vivir de acuerdo con Sus
preceptos.
Ahora, usted puede ignorar a Salomón si lo
desea. Su consejo será denunciado por los
escarnecedores y los despreciadores. Nuestra
generación moderna considerará su consejo
simplista y no viable. Para otros, sin embargo,
será significativo porque él habló por la
inspiración de Dios (2 Tim.3:16-17). Además,
debiéramos recordar que Salomón vivió lo que
habló. Él Conoció las riquezas, el placer, el
poder y la posición, y descubrió que no
proveían la felicidad que los hombres buscan.
Es necio ignorar el sabio consejo de uno que
ha experimentado todas las condiciones sobre
las que escribió.
Añadiré una afirmación practica a las
palabras de Salomón. A través de muchos años
de asociación con aquellos cuyas vidas se
habían ido hacia sus años de puesta del sol,
nunca he conocido a alguien que haya
expresado alguna duda o remordimiento por
haber vivido para Cristo. Esto parece confirmar
la conclusión de Salomón que la verdadera
felicidad y el contentamiento no viene de la
riqueza o circunstancias externas, sino de la
paz interior. Es aún más sorprendente que he
estado al lado de la cama de aquellos que han
estado respirando por última vez en la tierra.
Nunca he escuchado a alguien de ellos decir,
"Deseo haber bebido con más frecuencia" o
"Deseo haber vivido más una vida impía". No,
pero he escuchado, "Estoy feliz que haya sido
Cristiano" Un varón me dijo, solo unos
instantes antes de morir, "Deseo haber
obedecido más temprano en la vida". Todas
estas cosas tienden a dar apoyo a la conclusión
de Salomón que la verdadera felicidad y
contentamiento duradero sucede cuando los
hombres "Temen a Dios, y guardan sus
mandamientos". También hay otros pasajes que corroboran
la fuente del genuino gozo y paz. David, el
Salmista dijo: "Bienaventurado el pueblo cuyo
Dios es Jehová" (Sal.144:15). Anteriormente él
escribió: "¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de
manos y puro de corazón; El que no ha elevado
su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño"
(Sal.24:3-4).
El Nuevo Testamento e la misma manera es
claro sobre lo que constituye la vida feliz. Pablo
escribió a los Gálatas: "Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra
tales cosas no hay ley. Pero los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos" (Gal.5:22-24). El escritor a
los Hebreos amonestó: "Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que
tenéis ahora; porque él dijo: No te
desampararé, ni te dejaré; de manera que
podemos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer
el hombre" (Heb.13:5-6).
No hay duda que los apóstoles de Cristo y
los primeros discípulos también afirmarían que
la vida en Cristo es la mejor vida para vivir. Es
la mejor vida para un matrimonio, para
enseñar una fidelidad al marido o a la esposa.
Es la mejor vida para criar a los hijos, porque
apoya teniendo tanto al padre como a la
madre en el hogar y criar a los hijos "en la
disciplina y amonestación del Señor" (Efe.6:4).
Es la mejor vida para uno que está en pobreza
o en riquezas, porque el apóstol Pablo declaró:
"...he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación" (Fil.4:11). Es la mejor vida
para la pureza mental porque Pablo también
enseño, "Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es
de buen hombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad" (Fil.4:8).
Por todas las mismas razones, la vida en
Cristo es la vida más feliz. Es la vida para
aquellos que quieren "amar la vida Y ver días
buenos" (1 Ped.3:10). Aunque el mundo busca
la felicidad en todos los lugares equivocados,
prosigamos la verdadera felicidad al "temer a
Dios y guardar sus mandamientos".
Por : Carlos Benavides